Cuando me lleguen las vacaciones voy a escribir mi historia como vampiro, porque si la tarada de mona merece ser vampiro yo también... y va a ser tan empalagosa y cursi que hasta a Stephenie Meyer se le revolverá el estómago...

En vacaciones, cuando por fin sea libre y tenga derecho a escuchar toda la música de Chopin que quiera...

Por cierto ya acabé de leer Luna Nueva y pues bueno otra mugre, pero después de leerme Crepúsculo ya nada puede asombrarme y solo consiguieron salvarse unas citas del comienzo.

Era sólo un sueño pero, sin duda, profético, al menos en un sentido. Era el día de mi cumpleaños. Acababa de cumplir oficialmente dieciocho años.
Había estado temiendo este día durante meses.
—Tener dieciocho años no es ser muy mayor —dijo Alice—. Tenía entendido que, por lo general, las mujeres no se sentían mal por cumplir años hasta llegar a los veintinueve.

De hecho cumplir 18 no es tan feo... cumplir 19 si es terrible... que cumpleaños tan mugroso... yo aun no entiendo porque la gente celebra esa fecha, asi que si alguien lee esto por favor ese 12 de septiembre absténgase de felicitarme porque temo caer en una depresión profunda cada año que pase...